Por segundo año consecutivo, John Podmore llegó a Buenos Aires para brindar una capacitación al personal del Servicio Penitenciario Federal. El catedrático británico es autor y consultor de la justicia penal, periodista independiente y profesor en la Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas en la Universidad de Durham. Trabajó más de 25 años en el Servicio Penitenciario de su país y fue director de tres establecimientos ingleses: Belmarsh, Swaleside y Brixton. Además, fue inspector de prisiones y jefe de la Unidad Anticorrupción.
En esta ocasión, Podmore vino acompañado por Robert Evans, miembro del Comité de Auditoría Conjunta de la Policía de Gales del Sur y Comandante Estratégico acreditado en el control policial de eventos deportivos. En la actualidad, ejerce dos cargos de director, uno de ellos especializado en desarrollo de políticas internacionales. Sus últimas intervenciones han versado sobre inteligencia penitenciaria; evaluaciones de amenazas estratégicas; investigaciones societarias; prevención de la corrupción; políticas para refugiados, y tercerización de los servicios de policía. A lo largo de su carrera, el experto inglés asumió una amplia gama de funciones en operaciones centrales y de especialistas, y se desempeñó en áreas como inteligencia, prevención de la corrupción, crimen organizado y análisis del delito, entre otras.
Ambos especialistas fueron invitados por el Servicio Penitenciario Federal y la Subsecretaría de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia, para realizar una auditoría de los programas que se ejecutan en la institución, capacitar al personal sobre herramientas y procedimientos anticorrupción e implementar los lineamientos de las Naciones Unidas en la materia.
¿Existe una manera eficaz de medir la corrupción?
John Podmore: El problema es que la mayoría de los sistemas penitenciarios del mundo no le están dando la importancia que merece a este tema. Hay una negación: para la mayoría de los gobiernos es tabú hablar y, más aún, hacerle frente a la corrupción. Por eso, para mí fue una sorpresa encontrarme hace un año con el director del Servicio Penitenciario Federal, Emiliano Blanco, y juntos elaborar un borrador sobre la temática. Y más aún seguir en contacto y saber que siguió trabajando sobre el tema e impartió acciones rápidamente ya que hay muchos países que se refieren al tema en organismos internacionales pero que, en definitiva, después todo queda en la nada. En mi última visita me interioricé en el contexto y las diferencias culturales de cada unidad penitenciaria. Mi consejo es: cuanto más se capaciten, más van a poder ayudar.
¿Cómo vislumbra a nuestro país respecto de su país, Inglaterra?
John Podmore: La Argentina en políticas anticorrupción tiene similitud en estrategias de prevención, principios éticos, capacitación, reglas y estrategias. Nuestra intervención ayudó para que se den cuenta de que la capacitación tiene que cambiar y, también, hacer hincapié en cuestiones culturales que están arraigadas.
¿Cuál es la manera más acertada para obtener información sobre hechos de corrupción en una unidad penal?
John Podmore: La información de corrupción se consigue, en su gran mayoría, de los internos que ofician de informantes. En cambio, todo lo que se relaciona con la corrupción en la administración del penal proviene de datos que aporta el personal. Aunque lo ideal es que esta información surja de auditorías internas. En este sentido, debo destacar que muchos de los datos que se obtuvieron en el Servicio Penitenciario Federal se debieron a la aplicación de la seguridad dinámica. Es vital a la hora de administrar bien una prisión, ya que cuando hay una falla en esas relación penitenciario-interno puede surgir la corrupción. No se debe desbalancear la seguridad dinámica. Este fue uno de los temas centrales de los debates que tuvimos en las capacitaciones. La relación entre agentes penitenciarios y detenidos está en constante cambio. Parte del entrenamiento que dimos estuvo relacionado con este ítem.
¿Qué es el modelo de análisis de información para la prevención de la corrupción?
Robert Evans: La corrupción es un delito, es la primera premisa. Lo importante es tener una estructura para recolectar información y entender cómo se origina y por qué. Durante esta semana hablamos de diferentes modelos. Uno de ellos consiste en coordinar diferentes grupos y, una vez por mes, que se reúnan con el director del penal para monitorear las estrategias que se están siguiendo. Se trata de un ciclo de 12 meses, período en el cual se realiza una evaluación pormenorizada de las amenazas. Esto permite recolectar mucha información, tanta que de allí pueden surgir hechos de corrupción. Luego, se establece un criterio con cinco prioridades: contrabando, celulares, drogas, alcohol, reducir violencia y corrupción del personal. Este es un modelo usado en muchas cárceles del mundo, pero creado en el Reino Unido. Nuestro sistema, a diferencia de lo que sucede en Argentina, prevé que la policía trabaje con el sistema penitenciario.
Este modelo fue creado después de una fuga en la década del 70. Ahí se dieron cuenta de que la policía tenía mucha información y los penitenciarios también. El problema era que no la compartían.
¿Hay medidas efectivas para evaluar la corrupción?
Robert Evans: Hay muchas medidas útiles para evaluar la corrupción. Enfatizamos en la producción de informes. En un país que empieza a poner la lupa en esta temática es ideal esperar y tener muchos informes sobre delitos. Una vez que las estrategias se ponen en funcionamiento el nivel de corrupción tiende a bajar. Hay que hacer un serio análisis sobre los celulares que se encuentran en las prisiones, la cantidad de muertos por sobredosis de drogas y los índices de ataques entre internos, entre otros factores. Se necesita mucha valentía para enfrentar el tema de corrupción, porque uno se gana muchos enemigos en un período corto, pero en el largo plazo la gente empieza a estar satisfecha porque se le hace frente a este flagelo. La lucha contra la corrupción lleva tiempo. Desde que vinimos a Argentina vimos un gran avance. Esta semana de capacitación fue muy importante como parte de la estrategia para diseminar la información. Rompimos el espiral de silencio. Darse cuenta que hay un problema es fundamental para comenzar a tomar consciencia.
Fuente: www.spf.gob.ar